sábado, 19 de julio de 2014

Lo Tuyo y Lo Mío

Cuantas veces me he parado a pensar en todas las situaciones por las he pasado antes de conocer a alguien especial, y cuantas veces me he parado a pensar por las fases que pasas durante una relación,  la magia del principio (que a veces dura solo unas horas), la obsesión, la desconfianza,  y en mi caso por desgracia hasta el momento… el engaño.

Quedamos unos cuantos amigos para comer y para ir al teatro, ya que hacia tiempo que no nos juntábamos y para ponernos al día de nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestras relaciones…

Ellos eran: Juan, que a sus espaldas cargaba con una relación fallida de 5 años y tres hernias discales, (ambas superadas según el) nos comentaba que había conocido a un chico maravilloso a trabes de una aplicación del teléfono, y que tras una noche de sexo y sin que le pidiera nada ni querer nada a cambio, éste le ofreció un trabajo fuera de la ciudad con todas las comodidades del mundo…, y que el acepto, nosotros no nos acabábamos de creer semejante situación en los tiempos que corren, y que a cambio el no quisiera nada… Juan insistió en que estaba seguro de lo que hacia, y que el estaba entusiasmado para  empezar una nueva vida, que por desgracia nos alejaría de el.

Paco, lo que acarreaba en su inmensa espalda, era una relación estable (que todos considerábamos turbulenta i tóxica) de 13 años, aunque el siempre nos decía que el amor podía con todo… aunque los demás sabíamos  que lo único que podía con todo era esa fornida espalda de Espartano que tenia.

Jorge, solo nos contaba sus encuentros esporádicos, era el eterno soltero que además alardeaba de ello, y que estaba convencido que era sin duda alguna la mejor condición para el ser humano, que chocaba conmigo que no paraba de contar aventuras y desventuras fallidas en busca del amor y de la pareja perfecta, lo que según ellos me convertía en el eterno aspirante a agaporni.

Entramos al teatro, a ver la obra “Lo tuyo y lo mío”, una comedia musical de pequeño formato donde solo habla la música, así es como se vendía, y además los protagonistas eran dos actores que conocía y que deseaba volverlos a ver en acción.

Durante la obra, que resulto ser maravillosa, entretenida, tierna, divertidísima, y que sobre todo consiguió que no nos dejara indiferente a nadie, dejo ver ante nuestros ojos según iba avanzando la historia, todos aquellos estados de ánimos por lo que habíamos pasado anteriormente en antiguas o presentes relaciones, y saco a la luz aquellos secretos y sentimientos que todos los presentes escondíamos dentro y nos atrevimos a decir durante la comida… Las intensas lagrimas de Juan al son de una flauta travesera, dejaron ver su desesperación en cambiar de vida y la añoranza de un amor pasado, los labios de Paco, con la mirada hipnotizada en el escenario y tatareando “lo echamos a suerte”, que quizás ese amor del que habla y presume en su relación solo es algo ficticio o forzado, la sonrisa picaras de Jorge, que pensaba que no le importaría pasar por una relación algo seria, eso si, con el mismo protagonista de la obra, al cual su mirada pedía comprometerlo entre sus piernas, y por supuesto las carcajadas mías al verme reflejado en tantísimas de las situaciones que se plantean en la obra... y todo eso cantado al ritmo de canciones deliciosas…

Cuantas veces me he parado en pensar en todas las fases que pasas durante una relación, la magia del principio, la obsesión, la desconfianza… y aunque acabe en el engaño, desde hoy, después de salir de ver "Lo Tuyo y Lo Mío", se que todo está acompañado de canciones maravillosas que por lo visto también han vivido María Jiménez, Mónica Naranjo, Raphael, Hombres G, o la mismísima Alaska, canciones que acompañan a todas las relaciones sean de quien sean, las tuyas, y las mías.

Lu.

viernes, 16 de agosto de 2013

Mirame

Me desperté de aquella siesta magnifica y el reloj ya marcaba casi las 20:00h, así que me levante para darme una ducha de agua fría y vestirme ya que aquella noche había quedado, y el dilema volvía a estar presente: ¿Qué me pongo?, cuando pasas de los 30 y estás soltero, siempre te planteas que quizás esa sea la noche en la que conozcas alguien que pueda ser tu pareja perfecta, así que esa noche estaba dispuesto a poner toda la carne en el asador para exhibirme como nunca.

Aquella noche de principios de agosto mi amigo que hacia tiempo que había roto con su pareja, me convenció me llevo a Sitges con el, (lugar que recomiendo para todo aquel que tenga un poco baja la moral y para los que no), y siendo temporada alta vacacional ya os podéis imaginar como de concurrida estaba la ciudad, sobretodo de gays

Fuimos a tomar unas copas en uno de los varios bares de ambiente que hay donde se celebraba una fiesta de “Ángeles y Demonios”, y todo el local estaba decorado con alitas de ángeles y cuernos de diablos, algo que me pareció bastante cutre pero por los visto a los guiris les encantaba. A medida que fue pasando la noche y de haber ingerido más alcohol de lo debido, nos empezamos hacer más sociables de lo normal mi amigo y yo, y varios camareros acabaron por invitarnos a copas y chupitos a cambio de besos, y claro, nosotros que no sabíamos decir que no... Pues poco a poco nos fuimos desinhibiendo por completo y coqueteando con casi todos los chicos que nos gustaban, algo que para los de veinte es muy divertido pero que pasado los 30 resulta algo irritante, y en un arrebato de querer que todos me miraran, decidí coger una de las alas de ángeles colgadas para ponérmelas encima, y resulto ser una estrategia que me funciono más que a la perfección
 
Empezamos a bailar en medio de la pista y con la excusa de las alitas se me acercaron chicos guapísimos (y muy jóvenes) que jamás imagine que lo hicieran diciéndome cosas, que en mi estado de embriaguez y que ninguno hablaba en español, no era capaz de entender, hasta que se acerco Andrew. No es que Andrew hablara español, ni se molestara en hacerse entender, es que Andrew se acerco y sin mediar palabra y se puso a bailar pegado a mí, empezó a bailar sinuosamente a lo Salma Hayet en “Abierto hasta el amanecer” con serpiente albina incluida que aunque no viera la podía notar moverse, y con una sonrisa dijo “my angel”, y beso. La cosa no quedo aquí, sin más, me puso la mano por dentro del pantalón y me toco las partes nobles, la saco, me cogió de la mano, y me llevo fuera de la discoteca dirección a la playa.

Allí, entre catamaranes, patines acuáticos horrorosas en forma de pato que se alquilaban, y gente que paseaba insinuó que quería sexo... por lo visto el inglesito le gustaba el té a las 5, y el sexo en lugares públicos. Yo totalmente desconcertado, bebido, con los pantalones bajados y con las alitas de ángel puestas (no nos olvidemos), tuve un momento de lucidez angelical y dije (con mi ingles nivel medio, como el de la mayoría de españoles que pone en sus currículums) que aquel no era sitio para un ángel como yo, y volvió a cogerme de la mano y me llevo (a lo que yo entendí) a su apartamento, y la sorpresa fue cuando se detuvo en los jardines de los apartamento y empezó otra vez a desnudarse. Yo volví a quedarme sorprendido y sabiendo que aquello no era ético, pero al ver aquel joven tan inglés, y apetecible como un brownie no pude resistirme, intente pensar en algo que pudiera justificar esa escena y sin sacarme las alas de ángel, empotre a aquel diablo exhibicionista contra un muro de piedras de aquella zona ajardinada, como castigándolo por incitar a un ángel hacer algo poco católico, y convertí aquel jardín en un Edén, y aquella escena algo…  moralmente más Bíblico.

Tras aquel encuentro me apresure en vestirme por si era el punto de vista de algún curioso o vecino de la zona, aunque el inglés, se tomó su tiempo. Después me volvió a coger la mano y me llevo hasta su apartamento, y tras cruzar la puerta sonó un “ring”, el inglés pedía un segundo asalto…  con la conciencia tranquila por no estar en una zona pública no dude en dejarme llevar. Me desnude y como guiño se me ocurrió volver a ponerme las alitas de ángel, y mientras que a oscuras me llevaba a su habitación él también se iba desnudando, y una vez tumbados en la cama… ¡sorpresa! empecé a notar una tercera mano que desconocía de donde venía, y tras un gesto por mi parte de sobresalto, Andrew con una sonrisa me miro y encendió una pequeña luz que había en la mesita y al girar la cabeza vi a dos chicos más en la habitación justo en la cama de al lado, por lo visto Andrew no estaba solo de vacaciones Sitges. Me quede paralizado, desnudo, con las alitas puestas y sin ninguna imagen bíblica en mente que pudiera justificar esa escena, así que nuevamente con mi ingles nivel medio y con una de las alas rotas tapándome las partes nobles, dije que tenía que irme urgentemente, dando por finalizada del todo aquella función nocturna erótico-festiva abierta a todo público.

Al día siguiente con la mente despejada y las rodillas amoratadas de los empujones contra el muro del Edén o por castigo del señor, decidí que el único pecado divino tierno, apetecible e inglés que me comería a partir de entonces, sería un brownie.

Lu.




Receta de Brownie:

Más de una persona que me conoce siempre me ha comentado que le de alguna de las recetas de los platos que realizo, pues para contentarlas a ellas y para todos los que quieran cocinar alguno de ellos, podre una receta nueva con cada nuevo post, ¡¡no os penséis que soy un gran cocinero!! Mi nivel es solo un grado superior al de Marilo Montero, pero vamos, que cualquiera tiene un grado superior al de Marilo Montero en la cocina... No es que le tenga manía a la chica, al contrario, siempre he envidiado ese pelo tan lustroso que tiene, y la capacidad de estar cada mañana subida en esos tacones de vértigo sin acabar vomitando, pero las cosas como son, y la muchacha en la cocina no se defiende muy bien…
Aquí os dejo la receta:

150g de chocolate negro para postres
200g de mantequilla
200g de azúcar
80g de harina
4 huevos
10 nueces

Para empezar coger los huevos y separar la yema de la clara, y la clara se bate a punto de nieve.
Luego añadir las yemas y remover hasta que queda todo bien mezclado. Luegoañadir poco a poco el azúcar con los huevos e ir removiendo.
Mezclamos el chocolate previamente derretido al baño maría con la mantequilla también derretida y lo mezclamos hasta que quede homegenio.
Añadimos la mezcla del chocolate y la mantequilla en el recipiente donde están los huevos y el azúcar y lo removemos bien
Y por último añadimos las nueces troceadas, la harina y lo mezclamos todo.
Untamos un recipiente para el horno con mantequilla y lo espolvorearemos con un poco de haría que es donde verteremos el brownie y así evitaremos que se pegue.
Lo metemos al horno a 180º durante 40 minutos más o menos y con una varilla fina de madera pinchar el brownie por el medio y así podréis comprobar si está hecho o no.
Ya me diréis si os habéis animado a hacerlo y que tal el resultado.




Y a disfrutar de vuestro particular pecado divino ingles a solas, o para todos los públicos.

martes, 16 de abril de 2013

Actores de reparto


Una de las ventajas de trabajar en el departamento de espectáculos de una gran empresa como Port Aventura, es la cantidad de oportunidades que le brindan a uno de conocer gente nueva de todo tipo, interesante, divertida, guapa, famosa, antipática... hay cabida para todos, aunque yo me quede con Cristian.

Aquella tarde de Junio, la jefa nos presento a el nuevo actor que se incorporaba en la plantilla. Cristian, Madrileño, guapísimo, y sin que antes nos mostrara sus facetas como actor, yo ya le había otorgado el Goya al mejor actor de reparto cuando al cambiarse pude contemplar aquel torso de pecado esculpido con cincel, y ante mi mirada indiscreta, el me miro y me sonrió mientras seguía cambiándose, la cosa arrancaba bien. 


Fueron pasando los días, y las comversaciones con Cristian se hacían cada vez más habituales. Roces, sonrisas de complicidad, y aunque un amigo suyo me advirtiera de que Cristian no era la persona que me convenía yo seguí jugando aquel juego con el hasta el punto que mi imaginación me hacia visualizar una vida como si fuera uno de esos folletos de los testigos de Jehová, con el en una casa con jardín (probable mente heredada de mis padres), con una estufa de fuego en el suelo y dos pastores alemanes e nuestro alrededor.

Un día al terminar de trabajar le lleve al piso donde tenia alquilada una habitación durante su estancia aquí, y de camino me confeso que el era bisexual... de golpe el silencio se hizo... mi vida de folleto de testigos de Jehová se esfumo quedando mi mente en blanco, y el tubo que notar mi sorpresa en el rostro ya que tampoco no dijo nada, mientras irónicamente se escuchaba en la radio “No llores” de Gloria Estefan, y con un esfuerzo supremo, hice caso a Gloria.

No derrame ni una lágrima aunque tenía claro que en mi búsqueda de la pareja perfecta era imposible mantener una relación con una persona que no tenia clara su sexualidad... o al menos es como yo entendía la bisexualidad, siempre he pensado que como decían en Sexo en Nueva York “La bisexualiad no es más que la primera parada hacia homo-city”.

Se despidió y bajo del coche, y antes de entrar en el portal dio media vuelta, se dirigió a la ventana del conductor donde estaba yo, y sin decir nada me dio el primer beso, y mientras nuevamente se alejaba dirigiéndose hacia el portal, los pastores alemanes volvían hacer acto de presencia sin parar de ladrar.

Los besos se empezaron hacer asiduos incluso en el trabajo, y los roces pasaron a tocamientos descarados que pedían una cama a gritos, y mi calentamiento hizo quemar por completo de mi mente la palabra bisexualidad, así que sin poder aguantar más le invite a pasar una noche en un hotel rural que ya había reservado antes, y el acepto.

Llegamos al hotel y vi materializado el folleto de los testigos de Jehová, un fuego a tierra en la habitación que el encendió, se escuchaba ladrar a los perros que habían en un corral cercano, y la habitación rustica con las sabanas impecablemente blancas y suaves hicieron que casi levitara. Fui al baño y la visión que tuve al salir de el era de cuento, solo iluminado por la luz de la alumbre y de varias velas que el se había encargado de traer mientras me esperaba desnudo frente al fuego... y el fuego aunque no fuera en la estufa, perduro toda la noche.

Al cabo de dos días después que aquel sueño vivido y sin habernos visto antes, nos encontramos en el trabajo nuevamente, y aunque yo entre en camerinos con una sonrisa de oreja a oreja con dos correas en la mano para sacar a pasear los pastores alemanes, el estaba bastante serio, me miro, y me hizo un gesto con la cabeza para salir fuera y hablar con el...

Me dijo que se lo había pasado muy bien aquella noche conmigo, pero (siempre hay un pero en estas situaciones), me confesó que la noche siguiente a nuestro encuentro, había conocido un chico y que se había enamorado de el, tras terminar con la frase me regalo un muñeco de Micky Mouse como agradecimiento por todo... y por si fuera poco me enseño una foto del chico... yo me fui sin pronunciar palabra y me retire con dignidad, dolido pero con dignidad... aunque... ¡¡que coño!! ¡Este tío era un cabrón! Me di media vuelta, y aun siendo Mickyfan le lance el muñeco con toda la furia a la cara, deseando que los pastores alemanes soñados tuvieran la rabia y le mordieran en los huevos y se los destrozaran de por vida, ¿total? ¡Para tirarse al chico de la foto que tenia la misma dimensión que Falete y más pluma que todos los pájaros que aparecen en los folletos de los testigos de Jehová! Casi prefería lo de que fuera Bisexual.

Y esta vez no hice caso de las palabras de Gloria y llore sin parar, estaba claro que Cristian era un buen actor, aunque en lo personal y no el lo laboral.

Lu.




miércoles, 23 de enero de 2013

¿Que te pongo?


Lo bueno de las grandes ciudades como Barcelona es lo imprevisibles que resultan ser, siempre sabes como empiezas un día, pero nunca como lo acabarás. Yo me encontraba paseando por las tiendas aquel viernes por la tarde y acabe viendo un espectáculo del jazz más travesti.

El teatro, es una de las opciones más desapercibidas para los veinte añeros que cobra mucha más importancia a partir de los treinta, se vuelve en una opción casi exquisita para una noche de fin de semana, y un buen amigo mío me compro una entrada para ver con el un espectáculo del cual yo desconocía totalmente excepto el nombre: ¿Qué te pongo?

Solo llegar en aquel pequeño teatro la perspectiva que tenia me daba para contemplar especies humanas que poco se divisan por las pequeñas urbes de donde yo vivo, era la estrena del espectáculo, y entre la gente pude ver hombres perfectamente entrajados que lucían tacones de vértigo, chicos enfundados con pieles claramente sintéticas (aunque quisieran demostrar lo contrario), hombretones que parecían haber venido cabalgando a lomos de un caballo a lo “Pasión de Gavilanes”... la verdad, es que estaba claro que allí se actuaba, y mi amigo Jaime por lo visto era uno de los actores de reparto de aquella “obra teatral” alternativa, ya que se encontraba como pez en el agua saludando a todos y cada uno de los presentes. Jaime es uno de esos chicos que trabaja organizando grandes eventos de todo tipo, concienciado de que hay que ser más solidario en esta vida y que hay que ayudar al prójimo, pero si puede ser mientras se veranea en Louis Vuitton mejor, y a lo que me pregunto: ¿tienes ganas de ver Que te pongo?, ante mi sorpresa y fascinación de ver aquel panorama mi inconsciente me jugo una mala pasada y respondí –Un gintónic doble por favor- solo me quede con lo último de la pregunta.

Me presento a varias personas, entre ellas Fernando, un chico gay ( como diría Buzz Lightyear: hasta el infinito y más allá) al que solo me faltaron 3 minutos para darme cuenta que aunque luciera una sonrisa de oreja a oreja y se las diera de muy buen amig@ de los artistas, era claramente la “estrella” frustrada que jamás logro llevar a cavo un espectáculo en un teatro, y aunque el me repitiera lo de “me alegro mucho por ellos” sus manos a punto de ensangrentar sujetando a presión sus guantes de piel (sintética también, no es que los gays seamos falsos, si no que somos muy respetuosos con los animales), le delataron, así que le di dos besos, o dos “pus pus” como hizo el, e intente buscar mi asiento, no sin antes que Jaime me presentara a la fantástica María, palabra (la de fantástica) que se vino a bajo solo cuando esta abrió la boca, estaba claro que si en aquella sala había la mínima posibilidad de beberse un gintónic debería ser extraído del cuerpo de María, ya que su aliento daba a entender que había terminado con todas las existencias de alcohol de todo el teatro, y de toda la calle Muntaner diría yo..

Y todavía sin saber muy bien que iba a ver... las luces se apagaron y empezó la función.

¿Qué te pongo? Resulto ser un “espectáculo musical” donde principalmente dos travestis hacen un repaso de cómo va el país, recortes, crisis, política... vamos, nada que no sepamos, y que después de aquel pre-show vivido no me pareció tan descabellado, aunque con el humor tan ácido que lo trataron, en más de un momento me hicieron caer alguna lágrima de la risa.

Y para terminar ¿Qué te pongo? Ahora si, un gintónic por favor.

Lu.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Próxima estación: Otoño


Dicen los psicólogos y la gente entendida, que el otoño es una de las épocas del año en que la gente se deprime más, al parecer no solo son las hojas de los árboles las que se caen, sino que también nuestros ánimos. Lejos de querer caer como las hojas, decidí salir aquella noche con un amigo, a un local que nos habían dicho que estaba frecuentado por gente joven y que esperaba que me hicieran volver a sentir el calor de un verano que ya quedaba a mis espaldas.

Llegamos a nuestro destino, y aquel paraíso prometido dejaba mucho que desear... gente joven si que había... pero demasiado joven incluso diría, así que una vez más, nuestro mejor aliado fueron las copas.

Tras pasar un rato y con 3 copas en el cuerpo se nos ocurrió irnos del país de los fan de Lady Gaga para ir a una sauna gay, jamás habíamos pisado una ellas y la curiosidad (acentuada por el alcohol) nos hizo ir a descubrir nuevas fronteras.

Entramos algo nerviosos sin saber muy bien que nos encontraríamos, y nos dirigimos a unas taquillas donde veíamos que la gente se desnudaba y únicamente se quedaba con una toalla enrollada en la cintura... nosotros hicimos lo mismo, y seguimos unas flechas que indicaban el camino hacia “la sauna”, y tras pasar por una bocanada de vapor, aparecimos en el mismísimo cielo...

Siempre había tenido la sensación de que en estos sitios solo asistía gente mayor o poca agraciada que les resultaría difícil ligar, y por lo visto estaba del todo equivocado... Allí vivía la mayor concentración de Dioses, Tritones, Adonis, y de todos aquellos hombres perfectos de fábulas que pudiera imaginar. Roces, miradas, la mano suelta de alguien... todo ayudaba a volver a sentir en mi, el calor extremo de un medio día de Agosto, ¿quién se podía acordar que era otoño?, estaba claro que allí no caían las hojas, ni los ánimos, ni mi toalla... que se levanto y no había forma de poder bajarla viendo aquel sexo y erotismo que me envolvía, estaba nervioso, alucinado, algo confundido, incluso llegue a perder una de la chanclas que llevaba, así que sonrojado de mi situación, y por las altas temperaturas de las saunas, jacuzzi, y baños árabes que pude ver, volví a mi taquilla para vestirme e irme de aquel sitio lo antes posible.

Tras salir de la sauna no podía dejar de pensar en aquel sitio, ¿era decente algo tan bueno?, era como si hubiese estado metido en la más tórrida de las películas porno gay jamás vista, aunque con un toque Dinsey, perdí uno de mis zapatos como Cenicienta, aunque si hubiera vuelto a buscarlo no me hubiera encontrado un príncipe encantador que me lo encajara en el pie, si no un Adonis perfecto que me la hubiera encajado en el culo, y no el zapato precisamente.

Y en medio de la calle, volví agradecer sentir el frío aire que corría en aquellas horas de la noche en mi cara, y notar que el único calor que tenia en mi, era el de mi abrigo y bufanda.

Lu.

miércoles, 11 de julio de 2012

Bajo el mar


Tumbado encima de la cama aquel sábado tarde en ropa interior antes de emprender una salida nocturna y disputando un combate conmigo mismo de que ropa me pondría, no paraba de pensar en aquello que dicen muchas personas que los 30 añeros somos las personas más guapas e interesantes..., y yo, sin saber que ponerme y contemplando mis patas de gallo más pronunciadas que nunca, tenia la sensación de aquella era una afirmación de lo más errónea.

Tras estar una temporada algo retirado de el mundo de la noche y de los saraos, decidí salir con unos amigos a uno de esos locales que se había reinventado a si mismo y ahora era la última moda, un garito que disponía de un playa artificial y piscinas donde la gente más atrevida y sin complejos se bañaba a sus anchas.

Me senté contemplar en panorama que me rodeaba sin dejar de estar sorprendido por la cantidad de colores incombinables y complementos, que veía en forma bañadores, trikinis, y de más piezas de baño que habían evolucionado hasta tal punto, que ni siquiera yo sabía nombrar... llevados siempre por jóvenes 20 añeros cuyos cuerpos parecían haber sido esculpidos con cincel y con una gran carencia de estilo y sensibilidad para los 30 añeros que les observamos.

Mientras disfrutaba sentado de un Martini blanco y de la brisa fresca que corría se me acerco un chico, empapado, ya que acababa de salir como un Dios marino de las profundidades de la piscina, y me pregunto que que hacia allí tan solo (mis amigos estaban en la barra pidiendo otra ronda), y casi antes de contestarle con un pequeño hilillo de baba cayéndome de la boca ante tal adonis, me pregunto que si me quería bañar con en el en la piscina, y mientras se pasaba su mano por encima de su pecho me dijo: Hace mucho calor nene, aunque si te metes en el agua conmigo tendrás más...” No sabía si reír o llorar ante aquellas palabras, una combinación de prepotencia y poco tacto pero que hicieron que me quedara mirando fijamente aquel cuerpo de portada mientras en mi mente sonaba una música celestial imaginándome como podría ser aquel baño y como podría llegar a acabar aquella situación... aunque seguía sin saber que contestar, y de repente...  antes de hacerme de rogar un poquito (no quería ser un chico fácil) ¡le dio por echar un escupitajo!, y la música celestial paro de golpe...
Me quede algo desconcertado (y asqueado) con aquella situación, así que con una leve sonrisa le dije:
-Lo siento, pero no he traído bañador
-Yo tengo otro en la taquilla
No quería ni pensar como debería ser el otro bañador que tenia en la taquilla después de ver el bañador “Marco paquetti” de color blanco con alguna transparencia y brillos que llevaba puesto el y del que podía hacerme hasta una idea del diámetro de su prepucio, y mi mente tampoco estaba preparada para imaginar mi cuerpo 30 añero en un modelito de tal calibre...
Así que insistí en que no, después del escupitajo la visión de aquel Adonis me cambio totalmente
-¡Pues tu te lo pierdes viejo!
Y así fue como aquel Tritón del principio y del que me quede sin saber su nombre, poco después de las 00:00h, se convirtió, no en calabaza, si no en el mayor de los gilipollas.

Decidí ir a buscar a mis amigos a la barra después de haber vivido aquella “aventurilla”, y ellos me los encontré intentando pedir en la barra, no les prestaban atención los chavales que servían en ella, ¿A quien hay que tirarse para que te atiendan aquí? Dijo uno de ellos, ¡Eso es lo que te gustaría a ti!, estaba claro que aquella noche y aquel lugar no estaban echos para nosotros, así que poco más de la 01:00h decidimos que ya era hora de que estos carrozas se fueran a dormir.

Lu.


martes, 6 de marzo de 2012

Hombres Lobos


Una vez escuche en un programa de radio a altas horas de la madrugada, como decían que cuando llega la noche nuestro físico se esconde y que nuestras almas se abren. Que de noche es cuando se suele tener las conversaciones más sinceras y apasionadas… cosa me pareció algo curioso cuando solo llamaba gente explicando casos de malos tratos o de practicas sexuales de lo más extrañas…

Aquella noche mientras escuchaba esas palabras por la radio solo me dio por mirar por la ventana y sentir pena por comprobar  que no había luna llena para que despertara algún hombre lobo ansioso que me comiera todo entero de arriba a abajo…  así que ante la ausencia de este,  me conecte a Internet  para entrar en una de esas redes sociales donde normalmente solterones de 30 o más colgamos fotos para ver si alguien interesante se fija en nosotros. ¡Tenia un mensaje!

Javier, tenia 32, solo un año más que yo, y aunque no podía verle la cara, si que podía ver un chico alto y con muy buen cuerpo, que para aquella noche sin luna llena ya me estaba bien. Tras un mensaje divertido y de lo más ingenioso me dejo su dirección de mail para poder ir hablando con el.

Las conversaciones con el empezaron a ser frecuentes y diarias, cada día me divertía más sus ingeniosas charlas  y su sentido del humor, y aun teniendo  los teléfonos respectivos jamás nos llamabamos, solo vía mail, entre otras cosas por mi parte pensé que la distancia haria que jamas nos conociéramos, y  así fueron pasando los meses…

Un sábado de lo más aburrido me decidí llamarle para hablar un poco con el y escuchar su voz, y la grata sorpresa fue que estuve toda la conversión sin parar de reírme. Me comentaba que esa noche iba a una cena y que después saldría a tomar una copa por Barcelona, y me propuso de ir con el… y sin pensármelo dos veces, me vestí, cogí el coche para realitzar casi 200 km, y me fui dirección Barcelona.

Entré en la discoteca que habíamos quedado, un lugar que simulaba un museo, y entre cuadros con pinturas que eran una mezcla de retratos de Rosy de Palma y transexuales mal operados, apareció el, mas guapo de lo que me imaginaba, alto, bien vestido, y con una copa en la mano que me ofreció, y tras unas horas de charla y de risas, termine en su casa, y aunque no lo marcara el calendario lunar, aquella noche salio la luna llena en su habitación solo para mi, haciendo que aquel lobo sintiera un hambre voraz.

A los 30 después de tener buen sexo y  buenas charlas con alguien, te empiezas a plantear  que quizas puedes tener  una relación más seria y larga, quizás por lo difícil que resulta encontrar alguien con ésta combinación y por las ganas de estar emparejado,  pero en este caso concretamente, tras algunos fines de semana después de aquel despertar del hombre lobo, la buena química hizo que Javier sintiera miedo como nunca de todo lo que pasaba, y yo descubrí que Javier en realidad no era más  que una oveja con piel de lobo, y utilizando el teléfono, me mando un sms dando por finalizado todo.

Nunca he leido ninguna versión de el clasico del hombre Lobo donde éste saliera sin luna llena o dominara tan bien las nuevas tecnologias, però en todas ellas tienen un denominador comun,  sus víctimas terminan mal, vía sms, o por el peor de los zarpazos...

¿será verdad que los hombres lobos auténticos solo salen en luna llena?


Lu.

visitas