Una de las ventajas de trabajar en el departamento de espectáculos de una
gran empresa como Port Aventura, es la cantidad de oportunidades que le brindan
a uno de conocer gente nueva de todo tipo, interesante, divertida, guapa,
famosa, antipática... hay cabida para todos, aunque yo me quede con Cristian.
Aquella tarde de Junio, la jefa nos presento a el nuevo actor que se
incorporaba en la plantilla. Cristian, Madrileño, guapísimo, y sin que antes
nos mostrara sus facetas como actor, yo ya le había otorgado el Goya al mejor
actor de reparto cuando al cambiarse pude contemplar aquel torso de pecado
esculpido con cincel, y ante mi mirada indiscreta, el me miro y me sonrió
mientras seguía cambiándose, la cosa arrancaba bien.
Fueron pasando los días, y las comversaciones con Cristian se hacían cada
vez más habituales. Roces, sonrisas de complicidad, y aunque un amigo suyo me
advirtiera de que Cristian no era la persona que me convenía yo seguí jugando
aquel juego con el hasta el punto que mi imaginación me hacia visualizar una
vida como si fuera uno de esos folletos de los testigos de Jehová, con el en
una casa con jardín (probable mente heredada de mis padres), con una estufa de
fuego en el suelo y dos pastores alemanes e nuestro alrededor.
Un día al terminar de trabajar le lleve al piso donde tenia alquilada una
habitación durante su estancia aquí, y de camino me confeso que el era
bisexual... de golpe el silencio se hizo... mi vida de folleto de testigos de
Jehová se esfumo quedando mi mente en blanco, y el tubo que notar mi sorpresa
en el rostro ya que tampoco no dijo nada, mientras irónicamente se escuchaba en
la radio “No llores” de Gloria Estefan, y con un esfuerzo supremo, hice caso a
Gloria.
No derrame ni una lágrima aunque tenía claro que en mi búsqueda de la
pareja perfecta era imposible mantener una relación con una persona que no
tenia clara su sexualidad... o al menos es como yo entendía la bisexualidad,
siempre he pensado que como decían en Sexo en Nueva York “La bisexualiad no es más que la
primera parada hacia homo-city”.
Se despidió y bajo del coche, y antes de entrar en el portal dio media vuelta, se dirigió a la ventana
del conductor donde estaba yo, y sin decir nada me dio el
primer beso, y mientras nuevamente se alejaba dirigiéndose hacia el portal, los pastores alemanes volvían hacer acto de presencia sin
parar de ladrar.
Los besos se empezaron hacer asiduos incluso en el trabajo, y los roces pasaron a tocamientos descarados que pedían una cama a gritos, y mi calentamiento hizo
quemar por completo de mi mente la palabra bisexualidad, así que sin poder
aguantar más le invite a pasar una noche en un hotel rural que ya había
reservado antes, y el acepto.
Llegamos al hotel y vi materializado el folleto de los testigos de Jehová,
un fuego a tierra en la habitación que el encendió, se escuchaba ladrar a los
perros que habían en un corral cercano, y la habitación rustica con las sabanas
impecablemente blancas y suaves hicieron que casi levitara. Fui al baño y la visión
que tuve al salir de el era de cuento, solo iluminado por la luz de la alumbre
y de varias velas que el se había encargado de traer mientras me esperaba desnudo
frente al fuego... y el fuego aunque no fuera en la estufa, perduro toda la
noche.
Al cabo de dos días después que aquel sueño vivido y sin habernos visto
antes, nos encontramos en el trabajo nuevamente, y aunque yo entre en camerinos
con una sonrisa de oreja a oreja con dos correas en la mano para sacar a pasear
los pastores alemanes, el estaba bastante serio, me miro, y me hizo un gesto
con la cabeza para salir fuera y hablar con el...
Me dijo que se lo había pasado muy bien aquella noche conmigo, pero
(siempre hay un pero en estas situaciones), me confesó que la noche siguiente a nuestro encuentro, había conocido un chico y que se había enamorado de el, tras terminar con la
frase me regalo un muñeco de Micky Mouse como agradecimiento por todo... y por si fuera poco me enseño una foto del
chico... yo me fui sin pronunciar palabra y me retire con dignidad, dolido pero
con dignidad... aunque... ¡¡que coño!! ¡Este tío era un cabrón! Me di media
vuelta, y aun siendo Mickyfan le lance el muñeco con toda la furia a la cara,
deseando que los pastores alemanes soñados tuvieran la rabia y le mordieran en
los huevos y se los destrozaran de por vida, ¿total? ¡Para tirarse al chico de
la foto que tenia la misma dimensión que Falete y más pluma que todos los
pájaros que aparecen en los folletos de los testigos de Jehová! Casi prefería
lo de que fuera Bisexual.
Y esta vez no hice caso de las palabras de Gloria y llore sin parar, estaba
claro que Cristian era un buen actor, aunque en lo personal y no el lo laboral.
Lu.
mejor lejos que una persona que no te merece
ResponderEliminarmiblogbyamo.blogspot.com
Es agua pasada... muy pasada!!!
Eliminar1. Escrius molt bé
ResponderEliminar2. El tio era un gilipolles
3. Ell s'ho perd...
1. gràcies
Eliminar2. si
3. tambe
jajajajajajaj ;-)