lunes, 20 de junio de 2011

Reinas de la Noche

Cuando uno se encuentra sin saber que hacer un sábado por la noche, un recurso fácil es llamar a algún amigo para quedar, en mi caso tenía tres opciones.

Nuestra forma de conocernos fue muy diferente con cada uno de ellos, pero falto poco tiempo para entendernos casi a la perfección, se podría decir que fue una "amistad a primera vista", hasta el punto que casi convertimos en una obligación el salir juntos cada fin de semana.

A finales de los 90 y principios del 2000, solíamos frecuentar un bar de ambiente situado cerca de la playa de Salou donde no parábamos de reíros de todo… y de todos. Nos llamaban los "Ángeles de Charlie", y para aquel entonces nos habíamos convertido en unos "personajes" muy conocidos por la noche de Tarragona.

Con poco más de 20 años los 4 pisábamos el suelo de cualquier discoteca con más seguridad que nadie enfundados con nuestros fantásticos Custo, Armand Basi, o un Zara lucido como nadie. Desprendíamos clase, simpatía, carisma, y muchas envidias de las que muchas veces no éramos consiente.

Una década más tarde toda aquella visión maravillosa del pasado la podido he observar desde otra perspectiva, cuando casi  6 años más tarde he vuelto a aquel local donde me encontré a "viejas glorias" conocidas.

Charlando con varios de ellos sobre aquellos tiempos, no se pudieron contener el echarnos en cara que nuestra actitud no fue la más correcta...:
-          Siempre se os veía a los 4 juntos como cuchicheabais de los demás
-          Si, entrabais por la puerta con esos aires de prepotencia
-          Erais muy selectos

Tal y como vi que iban saliendo aquellas palabras de la boca de cada uno de ellos, sentía como me iban abofeteando en la cara, y lo peor de todo, dejándome marca.

Me parecía del todo inadecuado aquellos comentarios dirigidos a nosotros, sobretodo cuando detrás de los Custo, los Arman Basi, o los Zaras lucidos como nadie, también había 4 jóvenes que empezaron a trabajar muy temprano y que desde hacia tiempo no dependían de sus familias… ¿debíamos sentirnos mal por tener éxito?, ¿debíamos sentirnos mal por tener mucho autoestima?, ¿debíamos sentirnos mal por vivir al margen de las opiniones de los demás?, ¿éramos unas reinas de la noche…? por lo visto... ¡SI!

Con los 30 en la espalda te das cuenta de que ha veces da igual lo que uno haga o diga, o se esfuerce en hacer las cosas bien, si te quieren criticar siempre lo harán, además, ¿a cuantos no les gustaría que la generación de ahora de vente añeros fueran algo más responsables?, ¿los vente añeros ahora, no son más superficiales que antes y con menos meritos que nosotros?

Tras darle varias vueltas a tema creo que nuestra actitud de los veinte era la que tocaba en aquel entonces por lo que éramos y lo que vivíamos, así que las marcas de las bofetadas verbales que recibí aquella noche, decidí curarlas dándole al "play", y poniendo a todo volumen el "Vogue" de Madona intentado recrear esa coreografía imposible al mismo tiempo esbozaba una sonrisa de oreja a oreja, dejando atrás aquellas noches inolvidables para dejar paso a las nuevas reinonas vente añeras.

Lu.


jueves, 16 de junio de 2011

Veinti y tantos

Todo vente añero teme el día que pase de década y empiece a vivir una vida en la que empiece por 3... y es que la sociedad no nos prepara para tal cambio.

Hay pastillas para el mareo, para que no te suba el colesterol, para la ansiedad, o incluso para que te crezcan las uñas y el pelo, pero ninguna que te prepare para cumplir los 30.

Y no es para desanimar a aquellos que estén a punto de hacerlo pero la verdad es que el cambio no es fácil.

Yo recuerdo a los veinti y tantos que mi vida apenas tenia ninguna preocupación, excepto que combinación de ropa me pondría para salir el sábado siguiente, tenia de todo, coche, un buen trabajo, sexo, buenas amistades, unas nalgas duras como piedras... y al casi cumplir los 30... mi vida se derrumbo.

Sin querer me afronté a nuevas y más responsabilidades, trabajos más serios, hipoteca, perdida de pelo, y para colmo, en la agencia de modelos donde solía hacer bastantes trabajos publicitarios, pasan a darme papeles en el que tengo que interpretar a un hombre con su mujer apunto de ir a la ópera, o conduciendo un coche con su mujer y los niños, leyendo el periódico junto a una chimenea con un perro acostado en sus pies... ¿donde quedo el chico que salia de fiesta para promocionar cerveza?, ¿ya no puedo pasearme en bañador por le borde de una piscina luciendo un fantástico bronceado?, ¿ya no volveré a beber sunny...?. ¡Me convirtieron en un hombre en un abrir y cerrar de ojos! realmente ¿es necesario que sea tan drástico el cambio de los 20 a los 30?

La sociedad es cruel, y muchas veces no te deja convertirte en quien quieres ser tu, si no que te convierte en lo que deberías de ser, y te marca a seguir unas pautas, una moda, un estilo..., una década...

Ahora, habiendo dejado los veinti y tantos atrás hace algún tiempo, me parece bastante absurdo todos aquellos miedos a los que me afrontaba, tener 30 no esta nada mal, yo me siento mejor que nunca, muy contento y orgulloso de ser treintañero y sin ningunas ganas de echar el tiempo atrás.

Disfruto más del sexo (aunque no tan a menudo), siento más interés por la vida, por las cosas y por mis amistades (aunque éstas se han reducido considerablemente).
Lo único que echo de menos de los veinti y tantos... es la frondosidad de mi pelo y la compasión de alguien que me sujete cuando me emborracho y vomito en la taza del bater.

¿Son los 30 una versión comprimida y mejorada de los 20?


Lu.

visitas