viernes, 16 de agosto de 2013

Mirame

Me desperté de aquella siesta magnifica y el reloj ya marcaba casi las 20:00h, así que me levante para darme una ducha de agua fría y vestirme ya que aquella noche había quedado, y el dilema volvía a estar presente: ¿Qué me pongo?, cuando pasas de los 30 y estás soltero, siempre te planteas que quizás esa sea la noche en la que conozcas alguien que pueda ser tu pareja perfecta, así que esa noche estaba dispuesto a poner toda la carne en el asador para exhibirme como nunca.

Aquella noche de principios de agosto mi amigo que hacia tiempo que había roto con su pareja, me convenció me llevo a Sitges con el, (lugar que recomiendo para todo aquel que tenga un poco baja la moral y para los que no), y siendo temporada alta vacacional ya os podéis imaginar como de concurrida estaba la ciudad, sobretodo de gays

Fuimos a tomar unas copas en uno de los varios bares de ambiente que hay donde se celebraba una fiesta de “Ángeles y Demonios”, y todo el local estaba decorado con alitas de ángeles y cuernos de diablos, algo que me pareció bastante cutre pero por los visto a los guiris les encantaba. A medida que fue pasando la noche y de haber ingerido más alcohol de lo debido, nos empezamos hacer más sociables de lo normal mi amigo y yo, y varios camareros acabaron por invitarnos a copas y chupitos a cambio de besos, y claro, nosotros que no sabíamos decir que no... Pues poco a poco nos fuimos desinhibiendo por completo y coqueteando con casi todos los chicos que nos gustaban, algo que para los de veinte es muy divertido pero que pasado los 30 resulta algo irritante, y en un arrebato de querer que todos me miraran, decidí coger una de las alas de ángeles colgadas para ponérmelas encima, y resulto ser una estrategia que me funciono más que a la perfección
 
Empezamos a bailar en medio de la pista y con la excusa de las alitas se me acercaron chicos guapísimos (y muy jóvenes) que jamás imagine que lo hicieran diciéndome cosas, que en mi estado de embriaguez y que ninguno hablaba en español, no era capaz de entender, hasta que se acerco Andrew. No es que Andrew hablara español, ni se molestara en hacerse entender, es que Andrew se acerco y sin mediar palabra y se puso a bailar pegado a mí, empezó a bailar sinuosamente a lo Salma Hayet en “Abierto hasta el amanecer” con serpiente albina incluida que aunque no viera la podía notar moverse, y con una sonrisa dijo “my angel”, y beso. La cosa no quedo aquí, sin más, me puso la mano por dentro del pantalón y me toco las partes nobles, la saco, me cogió de la mano, y me llevo fuera de la discoteca dirección a la playa.

Allí, entre catamaranes, patines acuáticos horrorosas en forma de pato que se alquilaban, y gente que paseaba insinuó que quería sexo... por lo visto el inglesito le gustaba el té a las 5, y el sexo en lugares públicos. Yo totalmente desconcertado, bebido, con los pantalones bajados y con las alitas de ángel puestas (no nos olvidemos), tuve un momento de lucidez angelical y dije (con mi ingles nivel medio, como el de la mayoría de españoles que pone en sus currículums) que aquel no era sitio para un ángel como yo, y volvió a cogerme de la mano y me llevo (a lo que yo entendí) a su apartamento, y la sorpresa fue cuando se detuvo en los jardines de los apartamento y empezó otra vez a desnudarse. Yo volví a quedarme sorprendido y sabiendo que aquello no era ético, pero al ver aquel joven tan inglés, y apetecible como un brownie no pude resistirme, intente pensar en algo que pudiera justificar esa escena y sin sacarme las alas de ángel, empotre a aquel diablo exhibicionista contra un muro de piedras de aquella zona ajardinada, como castigándolo por incitar a un ángel hacer algo poco católico, y convertí aquel jardín en un Edén, y aquella escena algo…  moralmente más Bíblico.

Tras aquel encuentro me apresure en vestirme por si era el punto de vista de algún curioso o vecino de la zona, aunque el inglés, se tomó su tiempo. Después me volvió a coger la mano y me llevo hasta su apartamento, y tras cruzar la puerta sonó un “ring”, el inglés pedía un segundo asalto…  con la conciencia tranquila por no estar en una zona pública no dude en dejarme llevar. Me desnude y como guiño se me ocurrió volver a ponerme las alitas de ángel, y mientras que a oscuras me llevaba a su habitación él también se iba desnudando, y una vez tumbados en la cama… ¡sorpresa! empecé a notar una tercera mano que desconocía de donde venía, y tras un gesto por mi parte de sobresalto, Andrew con una sonrisa me miro y encendió una pequeña luz que había en la mesita y al girar la cabeza vi a dos chicos más en la habitación justo en la cama de al lado, por lo visto Andrew no estaba solo de vacaciones Sitges. Me quede paralizado, desnudo, con las alitas puestas y sin ninguna imagen bíblica en mente que pudiera justificar esa escena, así que nuevamente con mi ingles nivel medio y con una de las alas rotas tapándome las partes nobles, dije que tenía que irme urgentemente, dando por finalizada del todo aquella función nocturna erótico-festiva abierta a todo público.

Al día siguiente con la mente despejada y las rodillas amoratadas de los empujones contra el muro del Edén o por castigo del señor, decidí que el único pecado divino tierno, apetecible e inglés que me comería a partir de entonces, sería un brownie.

Lu.




Receta de Brownie:

Más de una persona que me conoce siempre me ha comentado que le de alguna de las recetas de los platos que realizo, pues para contentarlas a ellas y para todos los que quieran cocinar alguno de ellos, podre una receta nueva con cada nuevo post, ¡¡no os penséis que soy un gran cocinero!! Mi nivel es solo un grado superior al de Marilo Montero, pero vamos, que cualquiera tiene un grado superior al de Marilo Montero en la cocina... No es que le tenga manía a la chica, al contrario, siempre he envidiado ese pelo tan lustroso que tiene, y la capacidad de estar cada mañana subida en esos tacones de vértigo sin acabar vomitando, pero las cosas como son, y la muchacha en la cocina no se defiende muy bien…
Aquí os dejo la receta:

150g de chocolate negro para postres
200g de mantequilla
200g de azúcar
80g de harina
4 huevos
10 nueces

Para empezar coger los huevos y separar la yema de la clara, y la clara se bate a punto de nieve.
Luego añadir las yemas y remover hasta que queda todo bien mezclado. Luegoañadir poco a poco el azúcar con los huevos e ir removiendo.
Mezclamos el chocolate previamente derretido al baño maría con la mantequilla también derretida y lo mezclamos hasta que quede homegenio.
Añadimos la mezcla del chocolate y la mantequilla en el recipiente donde están los huevos y el azúcar y lo removemos bien
Y por último añadimos las nueces troceadas, la harina y lo mezclamos todo.
Untamos un recipiente para el horno con mantequilla y lo espolvorearemos con un poco de haría que es donde verteremos el brownie y así evitaremos que se pegue.
Lo metemos al horno a 180º durante 40 minutos más o menos y con una varilla fina de madera pinchar el brownie por el medio y así podréis comprobar si está hecho o no.
Ya me diréis si os habéis animado a hacerlo y que tal el resultado.




Y a disfrutar de vuestro particular pecado divino ingles a solas, o para todos los públicos.

martes, 16 de abril de 2013

Actores de reparto


Una de las ventajas de trabajar en el departamento de espectáculos de una gran empresa como Port Aventura, es la cantidad de oportunidades que le brindan a uno de conocer gente nueva de todo tipo, interesante, divertida, guapa, famosa, antipática... hay cabida para todos, aunque yo me quede con Cristian.

Aquella tarde de Junio, la jefa nos presento a el nuevo actor que se incorporaba en la plantilla. Cristian, Madrileño, guapísimo, y sin que antes nos mostrara sus facetas como actor, yo ya le había otorgado el Goya al mejor actor de reparto cuando al cambiarse pude contemplar aquel torso de pecado esculpido con cincel, y ante mi mirada indiscreta, el me miro y me sonrió mientras seguía cambiándose, la cosa arrancaba bien. 


Fueron pasando los días, y las comversaciones con Cristian se hacían cada vez más habituales. Roces, sonrisas de complicidad, y aunque un amigo suyo me advirtiera de que Cristian no era la persona que me convenía yo seguí jugando aquel juego con el hasta el punto que mi imaginación me hacia visualizar una vida como si fuera uno de esos folletos de los testigos de Jehová, con el en una casa con jardín (probable mente heredada de mis padres), con una estufa de fuego en el suelo y dos pastores alemanes e nuestro alrededor.

Un día al terminar de trabajar le lleve al piso donde tenia alquilada una habitación durante su estancia aquí, y de camino me confeso que el era bisexual... de golpe el silencio se hizo... mi vida de folleto de testigos de Jehová se esfumo quedando mi mente en blanco, y el tubo que notar mi sorpresa en el rostro ya que tampoco no dijo nada, mientras irónicamente se escuchaba en la radio “No llores” de Gloria Estefan, y con un esfuerzo supremo, hice caso a Gloria.

No derrame ni una lágrima aunque tenía claro que en mi búsqueda de la pareja perfecta era imposible mantener una relación con una persona que no tenia clara su sexualidad... o al menos es como yo entendía la bisexualidad, siempre he pensado que como decían en Sexo en Nueva York “La bisexualiad no es más que la primera parada hacia homo-city”.

Se despidió y bajo del coche, y antes de entrar en el portal dio media vuelta, se dirigió a la ventana del conductor donde estaba yo, y sin decir nada me dio el primer beso, y mientras nuevamente se alejaba dirigiéndose hacia el portal, los pastores alemanes volvían hacer acto de presencia sin parar de ladrar.

Los besos se empezaron hacer asiduos incluso en el trabajo, y los roces pasaron a tocamientos descarados que pedían una cama a gritos, y mi calentamiento hizo quemar por completo de mi mente la palabra bisexualidad, así que sin poder aguantar más le invite a pasar una noche en un hotel rural que ya había reservado antes, y el acepto.

Llegamos al hotel y vi materializado el folleto de los testigos de Jehová, un fuego a tierra en la habitación que el encendió, se escuchaba ladrar a los perros que habían en un corral cercano, y la habitación rustica con las sabanas impecablemente blancas y suaves hicieron que casi levitara. Fui al baño y la visión que tuve al salir de el era de cuento, solo iluminado por la luz de la alumbre y de varias velas que el se había encargado de traer mientras me esperaba desnudo frente al fuego... y el fuego aunque no fuera en la estufa, perduro toda la noche.

Al cabo de dos días después que aquel sueño vivido y sin habernos visto antes, nos encontramos en el trabajo nuevamente, y aunque yo entre en camerinos con una sonrisa de oreja a oreja con dos correas en la mano para sacar a pasear los pastores alemanes, el estaba bastante serio, me miro, y me hizo un gesto con la cabeza para salir fuera y hablar con el...

Me dijo que se lo había pasado muy bien aquella noche conmigo, pero (siempre hay un pero en estas situaciones), me confesó que la noche siguiente a nuestro encuentro, había conocido un chico y que se había enamorado de el, tras terminar con la frase me regalo un muñeco de Micky Mouse como agradecimiento por todo... y por si fuera poco me enseño una foto del chico... yo me fui sin pronunciar palabra y me retire con dignidad, dolido pero con dignidad... aunque... ¡¡que coño!! ¡Este tío era un cabrón! Me di media vuelta, y aun siendo Mickyfan le lance el muñeco con toda la furia a la cara, deseando que los pastores alemanes soñados tuvieran la rabia y le mordieran en los huevos y se los destrozaran de por vida, ¿total? ¡Para tirarse al chico de la foto que tenia la misma dimensión que Falete y más pluma que todos los pájaros que aparecen en los folletos de los testigos de Jehová! Casi prefería lo de que fuera Bisexual.

Y esta vez no hice caso de las palabras de Gloria y llore sin parar, estaba claro que Cristian era un buen actor, aunque en lo personal y no el lo laboral.

Lu.




miércoles, 23 de enero de 2013

¿Que te pongo?


Lo bueno de las grandes ciudades como Barcelona es lo imprevisibles que resultan ser, siempre sabes como empiezas un día, pero nunca como lo acabarás. Yo me encontraba paseando por las tiendas aquel viernes por la tarde y acabe viendo un espectáculo del jazz más travesti.

El teatro, es una de las opciones más desapercibidas para los veinte añeros que cobra mucha más importancia a partir de los treinta, se vuelve en una opción casi exquisita para una noche de fin de semana, y un buen amigo mío me compro una entrada para ver con el un espectáculo del cual yo desconocía totalmente excepto el nombre: ¿Qué te pongo?

Solo llegar en aquel pequeño teatro la perspectiva que tenia me daba para contemplar especies humanas que poco se divisan por las pequeñas urbes de donde yo vivo, era la estrena del espectáculo, y entre la gente pude ver hombres perfectamente entrajados que lucían tacones de vértigo, chicos enfundados con pieles claramente sintéticas (aunque quisieran demostrar lo contrario), hombretones que parecían haber venido cabalgando a lomos de un caballo a lo “Pasión de Gavilanes”... la verdad, es que estaba claro que allí se actuaba, y mi amigo Jaime por lo visto era uno de los actores de reparto de aquella “obra teatral” alternativa, ya que se encontraba como pez en el agua saludando a todos y cada uno de los presentes. Jaime es uno de esos chicos que trabaja organizando grandes eventos de todo tipo, concienciado de que hay que ser más solidario en esta vida y que hay que ayudar al prójimo, pero si puede ser mientras se veranea en Louis Vuitton mejor, y a lo que me pregunto: ¿tienes ganas de ver Que te pongo?, ante mi sorpresa y fascinación de ver aquel panorama mi inconsciente me jugo una mala pasada y respondí –Un gintónic doble por favor- solo me quede con lo último de la pregunta.

Me presento a varias personas, entre ellas Fernando, un chico gay ( como diría Buzz Lightyear: hasta el infinito y más allá) al que solo me faltaron 3 minutos para darme cuenta que aunque luciera una sonrisa de oreja a oreja y se las diera de muy buen amig@ de los artistas, era claramente la “estrella” frustrada que jamás logro llevar a cavo un espectáculo en un teatro, y aunque el me repitiera lo de “me alegro mucho por ellos” sus manos a punto de ensangrentar sujetando a presión sus guantes de piel (sintética también, no es que los gays seamos falsos, si no que somos muy respetuosos con los animales), le delataron, así que le di dos besos, o dos “pus pus” como hizo el, e intente buscar mi asiento, no sin antes que Jaime me presentara a la fantástica María, palabra (la de fantástica) que se vino a bajo solo cuando esta abrió la boca, estaba claro que si en aquella sala había la mínima posibilidad de beberse un gintónic debería ser extraído del cuerpo de María, ya que su aliento daba a entender que había terminado con todas las existencias de alcohol de todo el teatro, y de toda la calle Muntaner diría yo..

Y todavía sin saber muy bien que iba a ver... las luces se apagaron y empezó la función.

¿Qué te pongo? Resulto ser un “espectáculo musical” donde principalmente dos travestis hacen un repaso de cómo va el país, recortes, crisis, política... vamos, nada que no sepamos, y que después de aquel pre-show vivido no me pareció tan descabellado, aunque con el humor tan ácido que lo trataron, en más de un momento me hicieron caer alguna lágrima de la risa.

Y para terminar ¿Qué te pongo? Ahora si, un gintónic por favor.

Lu.

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