viernes, 4 de noviembre de 2011

Damiselas en apuros


Y el príncipe encantador derroto al malvado dragón y rescató a la damisela en apuros encerrada en la más alta torre del castillo… así suelen transcurrir muchos cuentos. Historias que suelen repetirse dando a entender que todos los varones son grandes héroes y ellas unas pobres damas en apuros.

En el siglo XXI las damiselas en apuros han dejado de ser un personaje de ficción para convertirse en personajes reales adoptando una forma y rol diferentes al de los cuentos, a día de hoy dejan de ser pobres damas, para convertirse en una clase de personas malvadas (hombres y mujeres) con la única intención de dar pena a los demás para conseguir sus objetivos.

Las damiselas en apuros de hoy, las podemos encontrar en muchos sitios, en el trabajo: la que interpreta este papel para dar pena y compasión a sus compañeros y librarse de tareas duras. En las aulas: las que son capaces de poner ojos llorosos para que el profesor le tenga piedad a la hora de puntuar sus notas, y en nuestros círculos de amistad: que son aquellas a las que todos nos afrontamos con más o menos asiduidad…

Éstas últimas, son una especie que lejos de ponerse en peligro de extinción como muchas otras, parece que va procreando a un ritmo muy rápido y que además, con el paso de los años van evolucionando y creando nuevas técnicas que las hacen ser más imperceptibles a ojos de los demás, capaces de crear mal ambiente entre amigos y siempre ellas quedando al margen del conflicto y con el veredicto final de inocentes.

Enfrentarse a una damisela en apuros no me ha sido nunca agradable, más bien difícil, y no por no tener el vestuario y equipo adecuado, si no porque siempre han buscado el conflicto cuando hay más gente de por medio para poder sembrar la duda ante los demás, (jamás se enfrentan a solas con sus adversarios) no obstante, no puedo negar el sentir rechazo y también admiración por ellas, ya que la mayoría de veces siempre suelen conseguir que su papel sea aceptablemente creíble.

Con la experiencia que la vida me ha dado y con el hecho de haberme afrontado a varias de ellas durante tiempo, ahora, pasados los 30, detectar a una damisela en apuros me resulta más fácil, y aunque alguna que otra vez todavía sigo cayendo en sus redes, aquel sentimiento encontrado de rechazo y admiración solo se ha convertido en un sentimiento de pena, ahora me doy cuenta que realmente las damiselas en apuros no son más que eternas aspirantes a actrices de clase b, que su máxima aspiración en la vida es que algún día la academia de cine se acuerde de ellas para que las nominen a mejores actrices de reparto por sus penosas interpretaciones… ya que jamás llegan a ser actrices principales.

¿Son las damiselas en apuros realmente un problema para mundo? O quizás por el contrario… ¿somos el problema las personas que nos las creemos?

Lu.

2 comentarios:

  1. Ei tio! Aquesta vegada només puc dir-te que escrius de puta mare! Molt, molt bé! M'he quedat impressionada!

    I respecte a les "damiselas en apuros"... se me ocurren algunos nombres! jajaja!

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