Como en la película de la Bella y la
Bestia, después de terminar la cena que nos ofrecieron (dejando
siempre algo en el plato por una cortesía que jamás he llegado ha
entender) me sacaron a la pista de baile... aunque en esta versión
no sonaba ninguna canción que me hiciera suspirar, y mucho menos me
hablaba el corazón, pero seguía bajo el punto de mira del
artista...
Al terminar todo el bodorrio, y tras
varios susurros y un beso fruto del alcohol, decidí irme a dormir
con el, ya que me había regalado el oído toda la noche, me pareció
algo injusto que todos ya me hubieran visto desnudo antes menos el.
Fuimos a su casa, y tan solo entrar me
di cuenta de que allí se respiraba lujo, cuadros por todas partes,
lamparas inmensas, figuras de swarovski... entre tanto mover la
cabeza de lado a lado embobado mirando aquel palacio y con lo que
había bebido, me entraron unas ganas terribles de vomitar, pero me
pareció que en aquel "reino" no estaría muy bien visto hacer
semejante acción, así que me dedique a buscar a Ivan que
aprovecho mi despiste para desaparecer.
Tras registrar toda la planta baja subí
al piso de arriba donde había una habitación enorme con las puertas
del balcón abiertas, me asome, ya bajo las luz de luna le vi, estaba con la camisa abierta
dejándola ondear por el suave brisa que corría... y con una sonrisa
y una rosa, me acerco su mano haciendo un gesto para que me acercara
a el... ante aquella cursilada mis ganas de vomitar se hicieron más
patentes...
Tras aquella tórrida y cursi noche,
las citas con Ivan fueron más continuadas con cenas en lujosos
restaurantes, inauguraciones de grandes exposiciones, y fiestas con
gente importante y con buenos trajes, cada cita era para mi como un
desfile particular de grandes firmas, Donna Karan, Lydia Delgado,
Toni Francesc, Arman Basi... mientras yo desfilaba con lo más
rebajado del Zara, (cosa que también tiene su arte).
Aquella situación me provocaba una
sensación agradable, pero a la vez descorcentante, estaba metiéndome
en un mundo que no dominaba, y yo no era nada más que una marioneta
que se movía a la merce de Ivan, y lo más curioso de todo, es que
ivan pasando los meses, iva asistiendo a mas exposiciones de artes,
iva conociendo sus proyectos, y en muchos de ellos me hacia partícipe
de ellos sin que yo tuviera idea de arte como si fuera su
inspiración, y más que aquella noche en la que nos conocimos, jamás
volvió a ponerme la mano encima, jamás volvió a repetirse un beso,
jamás volví a verle desnudo, no entendía nada.
Tras pasar cinco meses repitiéndose la
historia, llego la Navidad, y con ella, ésta musa dejo de ejercer como tal para cogerse vacaciones, sin que jamás volviera a saber sobre el
Artista, ni ha volver a inspirar...
Lu.